Cuando queremos regalar una joya en un momento importante la primera opción, quizá por tradición, es una pieza de oro. Tradicionalmente las joyas de oro han sido las más valoradas tanto por prestigio como por el precio que alcanzaban y solo con el tiempo hemos empezado a tener en cuenta otros metales a la hora de elegir un regalo especial.
El titanio, el platino y el paladio han ido ganando enteros y han encontrado un filón en los anillos de compromiso o alianzas matrimoniales, combinados en muchas ocasiones con diamantes u otras piedras preciosas.
Parece que la plata queda en un segundo lugar, pensamos en ella para regalos menores pero cuando queremos sellar nuestro amor para toda la vida pocos son los que piensan en ella. ¿Y por qué no? La plata es un metal noble, elegante, que pocas veces se estropea y cuando envejece basta con un lavado con agua y jabón para que rejuvenezca de repente. La moda actual de comprar joyas de oro blanco o platino, hace que no desentone el color, así que la parte estética está ganada.
Es muy importante tener en cuenta también la gran diferencia de precios. Actualmente un gramo de oro cuesta alrededor de 30 euros mientras que el precio del gramo de plata no alcanza los 50 céntimos. Algunos pensarán que es una locura, pero puede ser buena idea invertir el dinero en el futuro que se presenta frente a los enamorados en lugar de hacerlo en una joya que tiene el mismo significado sea del material que sea.
Para fabricar un anillo de unos 5 milímetros de grosor se necesitarán aproximadamente 4 gramos de metal. Teniendo en cuenta el precio actual del gramo de plata, un anillo podría costarnos 2 euros en materia prima, mientras que uno de oro subiría hasta los 120 euros. Seguramente el coste de mano de obra y diseño sea el mismo independientemente del material que se trabaje, así que la diferencia queda clara.
Si estás pensando en declararte párate a pensar, ten en cuenta todas las opciones y quizá te decidas por un bonito anillo de plata.